¿Subir impuestos para salir de la crisis?

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La crisis del coronavirus y las medidas implementadas para el control de los contagios ha supuesto un efecto muy negativo sobre nuestra economía, sobre el cual ya tenemos varios meses de evidencia. Se espera que la economía española caiga en torno al 11% este año y la tasa de paro ha subido ya al 16% en el tercer trimestre del año.

En este contexto, de extrema gravedad, las autoridades europeas han reaccionado de manera totalmente opuesta a la de la anterior crisis. El esfuerzo presupuestario y las medidas puestas en marcha han sido también extraordinarias. La UE ha aprobado la dotación de fondos e instrumentos financieros para apoyar las finanzas de los países pero también, los diferentes  estados  han destinado recursos, miles de millones para compensar el freno (desaparición en algunos casos) de la actividad que la pandemia ha supuesto para miles de empresas y autónomos en todo el mundo.

Por ello, contar con unos presupuestos públicos acordes a la situación que vivimos y romper con los presupuestos prorrogados que veníamos arrastrando desde el 2018 era fundamental. Estos se presentaron ayer y sin conocer el detalle, llama la atención de la propuesta de subidas impositivas presentadas. En un momento en el que las caídas de actividad y facturación son de dos cifras, plantear una subida de impuestos no es lo más acertado. Es una medida contracíclica que no se alinea con las medidas de apoyo articuladas hasta ahora, nos aísla en Europa como la única economía que plantea incrementos impositivos en estos momentos y responde más a una cuestión ideológica que (las grandes empresas tienen que pagar más) que a criterios técnicos. Y por último, el mensaje “en momento de crisis subimos los impuestos” no es un buen reclamo para la inversión.

Los países de nuestro entorno, no sólo han dedicado claramente más recursos a contrarrestar el efecto negativo de la crisis, sino que ya en junio, Alemania, Italia o Francia anunciaban bajadas de impuestos para evitar una recaída de sus economías. Alemania ya planteó en junio una rebaja fiscal para impulsar su economía en un plan de apoyo fiscal que beneficia a pymes y familias. Es decir, están aportando más recursos a sus economías, y además reduciendo sus cargas fiscales. España hace lo contrario.

Nuestro país necesita un presupuesto que anime la inversión (como hace Alemania en su Programa de Estabilidad presentado a la Comisión Europea), especialmente en sectores de alto valor añadido, que de soporte al tejido empresarial que atraviesa ahora mismo una situación crítica, y que por tanto, de soporte a nuestra economía. España tiene un serio problema de deuda pública y gracias al papel del Banco Central Europeo, puede seguir financiándonos a un coste muy bajo, y es necesario aprovechar esto para  implementar medidas de apoyo e impulso a nuestra economía, con el objetivo de frenar el incremento del desempleo, que lamentablemente, nos vuelve a poner a la cabeza en Europa.

Ya nadie duda de que la crisis no va a tener una la salida en “V”, como se pronosticaba hace unos meses al comienzo de la pandemia. En su último informe de octubre, el Fondo Monetario Internacional empeoraba las previsiones de recuperación para España, y en general, las economías desarrolladas avanzan hacia un escenario de bajo crecimiento, elevado nivel de endeudamiento y baja inflación. En un contexto así, con una polarización del crecimiento económico mundial hacia el este, debemos reforzar nuestros fundamentales de crecimiento, principalmente nuestra inversión en formación, ciencia, innovacion y digitalización de nuestra economía. Es necesario repensar nuestro modelo de crecimiento teniendo en cuenta las claras directrices que está estableciendo la Unión Europea. Los fondos destinados por Europa, a través del Green Deal o Next Generation UE nos ofrecen una buena oportunidad, que debemos aprovechar para comenzar dicha transformación.

No es el momento de poner en marcha medidas ideológicas (control de precios, subidas impositivas o intervencionismo), que supongan mayores trabas a la ya de por sí, extremadamente complicada situación a la que se enfrenta nuestra economía en los próximos meses. Por el contrario, sería deseable que los presupuestos tengan como principio, el apoyo a las empresas y autónomos, como forma de apoyar y proteger la creación de empleo.